DE WILHELM BUSCH
TERCERA
TRAVESURA DE Max y Moritz
Max
und Moritz Una historieta en siete travesuras fue escrito por Wilhelm Busch en 1865
Todo el pueblo
conocía
a Segismundo García.
Confeccionaba
gabanes,
tabardos y
macferlanes,
levitas, capas,
calzones,
zamarras y pantalones
aquel buen sastre
García,
con indudable
maestría.
Alargaba, remendaba,
estrechaba o
ensanchaba
y pegaba los botones
sueltos de los
pantalones
donde fuera y lo que
fuera,
codo, cuello o la culera,
desde un roto a un
descosido:
para sastre había
nacido.
Por eso aquí todo el
mundo
quiere tanto a
Segismundo.
Max y Moritz, los
villanos,
algo se traen entre
manos:
de García es fiel
vecino
un arroyo cristalino,
y una tabla en el
arroyo,
sirve al camino de
apoyo.
Max y Moritz, frente
a frente,
sierran
sigilosamente,
¡sierra que te
serrarás,
hasta que no pueden
más!
Junto al cuerpo del
delito,
exclaman a voz en
grito:
«¡Sal, Segismundo,
mal sastre!
¡Sal si te atreves,
pillastre!».
El maestro Segismundo
nunca fue un hombre
iracundo;
pero ante el ultraje
aquel,
se le revolvió la
hiel.
Con la vara de medir
lo ven de casa salir,
y vuelve a mofarse de
él
aquella pareja cruel.
Llega al puente, de
ella en pos,
¡y el puente se parte
en dos!
Cae al agua del
torrente
y lo arrastra la
corriente.
Nadan por allí dos
gansos,
aparentemente mansos,
y desesperado el
sastre,
busca en las aves
arrastre.
Los gansos alzan el
vuelo
y lo devuelven al
suelo.
¡A Segismundo, la
broma,
lo deja al borde del
coma!
De aquella mortal
fatiga
le entró dolor de
barriga.
Menos mal que su
señora
con la plancha lo
mejora:
un sencillo
tratamiento
alivia al punto el
tormento.
Todo el pueblo se ha
enterado:
¡Segismundo está
curado!
La tercera fue fatal,
y la cuarta, otra que
tal...
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