martes, 22 de septiembre de 2015

El caballo viejo

El caballo viejo




Un caballo viejo fue vendido para darle vueltas a la piedra de un molino. Al verse atado a la piedra, exclamó sollozando:

-- ¡ Después de las vueltas de las carreras, he aquí a que vueltas me he reducido !

No presumáis de la fortaleza de la juventud. Para muchos, la vejez es un trabajo muy penoso.

LA GOTA DE AGUA

LA GOTA DE AGUA




Había una vez una minúscula gota de agua que mantenida en el aire en una hermosa nube blanca observaba a lo lejos el azul del oceano.

Solía soñar con estar ahí abajo, se imaginaba lo que sería formar parte de aquello tan hermoso y azul.

De repente, siendo entrada la tarde de un día de otoño, la bonita nube blanca empezó a tornarse de color gris, cuando una corriente de aire frio hizo crecer a la minúscula gotita, convirtiéndola en una brillante y cristalina gota de agua.

La gota de agua miraba desde el cielo hacia el inmenso mar que se extendía al final del rio y la nube era cada vez más oscura y tenebrosa, cuando de repente todo tembló y el cielo se iluminó. El sonido atronador que inundó el cielo y la intensa luz azulada sobresaltaron a la gota de agua.

- ¿ Que sucede ? - se preguntó asustada.

De repente sintió que se movía, ¡ estaba cayendo !. Sintió una velocidad vertiginosa invadiéndola y a medida que caía se estremecía. No sabía que iba a ser de ella y estaba muy temerosa. De repente sintió en contacto con algo suave y la caída cesó. Sintió como se mecía arriba y abajo mientras se recomponía algo aturdida. La gota de agua estaba sobre la verde hoja de una caña, había ido a parar al verde cañaveral en la ribera del rio. 

La gota miró a su alrededor y vio un pequeño gusanito refugiado debajo de una de las hojas de la caña.

- Hola - saludo la gota de agua al gusanito - ¿ como estas ?

El gusanito estaba distraído intentando acomodarse a lo largo del corazón de la hoja. Cuando ya encontró un buen lugar para acomodarse giró la cabeza de un lado a otro y en un momento dado clavo su mirada en la pequeña gota de agua que parecía un diamante sobre la hoja vecina; no dijo nada, solo la miraba. Claro, el gusano no pudo escuchar a la gota con tanto ruido que estaba causando la tormenta. El gusanito se enroscó tranquilamente y cerró los ojos decidido a echarse una siesta mientras la lluvia caía y el estaba seco y protegido por la hermosa y larga hoja.

La gota de agua miraba al gusano ensimismada, tenía un color verde esmeralda precioso, con unos anillos negros a lo largo de su cuerpo que le daban un aire de aristocracia. La gota sonreía viendo como el gusanito se quedaba dormidito cuando comenzó a sentir que resbalaba por la hoja. - oh oh - pensó - me caigo.... ¡ a ver donde iré a parar ahora !.

- ¡¡ Yupiiiii !! gritó la gota de agua mientras caía de la hoja - ¡¡ Que emocionante !!

" cuac cuac cuac ! " Un pato silvestre nadaba por el rio buscando refugio e intentaba meterse en el cañizal. No podía conseguirlo, ya que las cañas estaban tan juntas que su rechoncho cuerpecito no cabía entre ellas, así que pensó que seguiría nadando rio abajo, no le importaba mojarse un poco, pues sus plumas le protegían del agua.

¿ Donde está nuestra amiga la gota de agua ? te preguntarás. La pequeña gota de agua ¡ estaba navegando rio abajo a lomos del hermoso pato !. Se encontraba en la punta de una de las plumas de sus alas a la cual había caído tras resbalar de la hoja.

- Yehaaaa!- exclamó la gota feliz y contenta - ¡ que divertido ! parezco un cowboy !

El pato siguió nadando y nadando por el rio mientras la gota de agua estaba extasiada viendo todo a su paso - Cuac cuac ! - graznaba el pato pasando cerca de un grupo de plantas de rivera donde sobre unas pequeñas rocas había unas ranas disfrutando de una refrescante ducha.

- Heyyyy ¡ hola amigas ! - les grito la gota de agua entusiasmada con tantas emociones, mientras su imponente barca de plumas de colores continuaba rio abajo.

De repente la lluvia cesó y al cabo de unos instantes un pequeño rayo de sol se escapó de entre las nubes. El rayo de sol acarició la pequeña gota de agua. Parecía un diamante, brillante, preciosa, con ligeros destellos de colores. Era algo digno de ver, una esfera realmente hermosa, que junto a otras gotas de agua iguales que ella llenaban el plumaje del pato tal cual piedras preciosas. El lindo pato parecía recién salido de un cuento de hadas.

La gota de agua se maravilló del espectáculo, viendo a sus compañeras brillar a su lado, cuando levantando la vista se estremeció - ohhhhhh- exclamó - ¿ qué es eso tan increíblemente bello ?. Un camino de colores surcaba el cielo de un lado a otro del rio ¡ era el arcoíris !. La gota se quedó extasiada mirando el precioso arcoíris sin darse cuenta que el pato se había detenido. El patito estiró su cuello y sin previo aviso comenzó a alborotar sus plumas girando su cuerpo como un molinete. ¡ La gota de agua salió disparada ! - Ualaaaaaaa- grito la gota al verse sobresaltada de repente por este inesperado viaje por el aire.

" cloc " , con este sonido aterrizó la gotita sobre un viejo tronco de madera que flotaba en el agua , - estaba más cómoda en la pluma - pensó.

El tronco era de la rama caída de un inmenso chopo que crecía en la ribera del rio y parecía un submarino -soy el capitán - dijo la gota - ¡ todo a babor ! - grito divertida.

El tronco siguió su camino rio abajo mientras la gota de agua disfrutaba del paisaje y el sol asomaba cada vez más. La gota descubría a un grupo de majestuosos cisnes, vio divertida un grupo de ranas saltando al agua como si fueran saltadores de trampolín, sonrió viendo a una fila de pequeños patitos siguiendo a su mama, se preguntó que era aquella cosa redonda de madera que giraba junto al rio empujado por la corriente de agua y se sorprendió viendo a dos niños con chubasquero jugando en la orilla del rio, nunca había visto a un humano.

La pequeña gota de agua comenzó a sentirse extraña, se notaba caliente, no sabía que le pasaba, el sol estaba calentándola cada vez más y si seguía así mucho por tiempo terminaría ascendiendo de nuevo al cielo convertida en vapor.

La gota de agua se estaba preguntando por su destino cuando de repente el tronco comenzó a ir un poco más deprisa, caía por un pequeño desnivel donde la corriente lo arrastraba a mayor velocidad y después de un pequeño y divertido rafting, volvió la calma y el tronco flotó tranquilo y sereno. 

Tras unos momentos la gota de agua se dio cuenta de donde se encontraba ¡ el mar ! , ¡ aquello era el mar !. Ante ella se extendía aquella vasta extensión de agua, interminable, azul, brillante bajo los rayos del sol, impresionante - Guauuuu - exclamó -¡ qué maravilla ! - la gotita de agua estaba impresionada. Pensó que debía hacer algo para caer al mar, debía hacerlo, debía conseguirlo.

Una gaviota volaba sobre el tronco y agachando su cabeza, apunto el pico justo hacia el tronco. De repente la gota de agua vio como la gaviota descendía directa hacia ella y antes de que pudiera reaccionar, la gaviota se posó en el tronco. 

La gota de agua no sabía que estaba sucediendo, en ese momento se sintió inmensamente grande, poderosa, una sensación casi indescriptible...cuando la gaviota posó su cuerpo en el tronco, éste se había hundido levemente en el agua , haciendo que la pequeña gota se fundiera con la inmensidad del agua del mar.

Aquello que había anhelado un día se había hecho realidad, ahora la pequeña gota de agua formaba parte de la inmensidad del mar azul.





sábado, 19 de septiembre de 2015

EL MAL DEL SIRKI

EL MAL DEL SIRKI


LEYENDA INCA

Quienes pernoctan en el valle de Coaque, también llamado Valle de la Muerte, adquieren una extraña enfermedad conocida con el nombre de"mal de la verruga" o "fiebre de Carrión". La ciencia no ha podido establecer bien su origen, pero al parecer se debe a la picadura de un insecto (flebotumus) que solo actúa de noche. Los indios, familiarizadoscon el lugar, rara vez sufren el efecto mortal del nombrado verrucógeno.Esto sin duda, ha dado lugar a esta leyenda.
Cuando los Conquistadores entraron al Reino del Sol y lo sometieron a su arbitrio, se encontraron dueños de riquezas fabulosas, tierras fertilísimas, almacenes atestados de telas y alimentos, templos suntuosos y paisajes deslumbrantes.
Ansiosos por llegar hasta los últimos reductos, quisieron explorar las sierras de Coaque, que parecían inaccesibles. Y así lo hicieron. Cuando llegaron a ella, el silencio era absoluto. Nada, absolutamente nada, turbaba aquel mutismo impresionante, que parecía ocultar algo trágico. La expedición, alarmada sin causa aparente, y sobrecogida por un temor inexplicable, decidió pasar la noche en un valle casi desolado, donde ningún animal salvaje daba señales de vida.
A pesar de los presentimientos fatídicos, la noche transcurrió tranquila. Ni un rumor, ni un rugido, ni un aleteo blandió el aire y ni siquiera se escuchó el lamento a la distancia, del pueblo que había sido despojado de su cetro.
La expedición vio salir el sol -rojizo como nunca- y con la convicción de haber llegado a un lugar sagrado, emprendió el regreso sin lamentar un accidente.
Pero el maleficio presentido había entrado en la gente. Al día siguiente, todos sin excepción, se vieron atacados por unas verrugas en el rostro y el cuerpo. Una anemia progresiva los fue disecando uno a uno, y presas de una fiebre implacable, murieron después de tres lunas exactas.
Muchos días después, los conquistadores, no satisfechos de aquel extraño hecho, resolvieron enviar otro destacamento al mismo lugar, para investigar la posible causa del mal. Demás está decir que, a pesar de las precauciones tomadas, corrió la misma suerte.
Nadie les atacaba. La vida en esa región estaba proscripta. Al menos no había vida visible. Pero, fatalmente, quien llegaba a ella era atacado por los" sirkis" (verrugas) y moría inevitablemente. Todos los que desafiaron el misterio, cayeron bajo el hado inexorable de la Muerte.
Un día, un grupo de valientes fue y regresó en el día. Nada ocurrió. no fueron atacados por el Mal. Se creyó, pues, que eran supersticiones, y repitieron la hazaña a la semana siguiente, pasando la noche en el valle. A las tres lunas siguieron el camino de sus antecesores, con la cara y el cuerpo, llenos de "sirkis"...
Los indios de los valles bajos explicaron el misterio.
Coaque era la morada sagrada de los Dioses tutelares de la raza. Estos se habían refugiado allí para proteger a sus desgraciados súbditos, y todo extranjero que se atrevía a hollar ese sagrario moría indefectiblemente a las tres lunas, que era aproximadamente el tiempo que tardaron los intrusos para sojuzgar el Imperio del Sol..
Por eso Coaque castigará con la muerte, por los siglos de los siglos, a todos los extranjeros que pongan sus plantas en el Sagrario de los dioses tutelares de los Incas...

Los 4 duendes que pescaban juntos

Los 4 duendes que pescaban juntos


Había una vez 4 duendes que pescaban, y lo hacían siempre a la mañana temprano. Cada madrugada se levantaban e iban a pescar a su muelle preferido.

Una mañana uno de los duendes, el duende azul, se encontró con un par de pájaros y les construyó un nido, y los comenzó a cuidar desde ese día, dándoles de comer y acompañándolos a todos lados. Se querían mucho y se hicieron grandes amigos.

Cuentos infantiles, los 4 duendes pescadores

El duende más pequeño encontró una cuchara, y desde ese momento la utilizaba para cocinar y cada comida que hacía le salía más y más rica, y nunca necesitaron comida. Cuidaba mucho su cuchara y nunca la perdía.

Antenitas, la duende mujer, se encontró una vez un zapato que se le había perdido hace mucho tiempo en el mar y ahora, con sus dos botas, prometió no perderla jamás por lo que la llevaba consigo a donde fuera.

El duende restante, el más gordito, nunca paraba de comer, y comía lo que le cocinaba el más chico. Una vez, se encontró un bichito de luz y le armó una jaula para que se iluminara de noche. Durante el día, salía a pasear y jugar. 

Los duendes pescadores, cuentos para niños

Con todas las cosas que se encontraron los duendes que pescaban, vivieron felices, y por eso las cuidaban con mucho esmero y cariño.

GRACIAS   

viernes, 18 de septiembre de 2015

El asno y la perrita faldera

El asno y la perrita faldera




Un granjero fue un día a sus establos a revisar sus bestias de carga: entre ellas se encontraba su asno favorito, el cual siempre estaba bien alimentado y era quien cargaba a su amo. Junto con el granjero venía tambien su perrita faldera, la cual bailaba a su alrededor, lamía su mano y saltaba alegremente lo mejor que podía. El granjero reviso su bolso y dio a su perrita un delicioso bocado, y se sento a dar ordenes a sus empleados. La perrita entonces saltó al regazo de su amo y se quedó ahí, parpadeando sus ojos mientras el amo le acariciaba sus orejas.
El asno celoso de ver aquello, se solto de su jáquima y comenzó a pararse en dos patas tratando de imitar el baile de la perrita. El amo no podía aguantar la risa, y el asno arrimándose a él, puso sus patas sobre los hombros del granjero intentanto subirse a su regazo. Los empleados del granjero corrieron inmediatamente con palos y horcas, enseñándole al asno que las toscas actuaciones no son cosa de broma..
  
No nos dejemos llevar del mal consejo que siempre dan los injustificados celos.
Sepamos apreciar los valores de los demás.

EL TIMBÓ

EL TIMBÓ



El timbó es un árbol corpulento de hermosa forma, cuya parte superior se parece a una sombrilla abierta. Su madera es muy consistente y tiene la particularidad de no agrietarse ni astillarse. Su fruto es una baya negra, muy semejante a una oreja humana. Por eso los guaraníes le llaman cambá nambí ( oreja negra) . Este árbol tiene una hermosa leyenda.

Se dice que un cacique famoso llamado Saguáa, adoraba a su hija bella como el sol, llamada Tacuarée. Vivía por ella y para ella. Pero he aquí que un día Tacuarée se enamora de un cacique de una tribu lejana. Llevada por ese amor irresistible abandona a su padre para unirse al hombre amado.  Sagnáa, desesperado, sale a buscada. Anda días y días entre la selva afrontando miles de peligros. Nada le arredra. Quiere encontrar a su hija amada.

En el delirio de la desesperación cree escuchar sus pasos en la selva y aplica sus oídos sobre la tierra. Ese oído capaz de escuchar los más recónditos murmullos de la selva y descifrarlos. Pero nada puede escuchar y sigue andando y apoyando su oído a la tierra, con la esperanza postrera de oír los pasos de Tacuarée. Cuando ya sus fuerzas están agotadas, cae rendido, presa de una fiebre mortal. Y muere con el oído pegado a la tierra.. .

Mucho tiempo después, dos hombres de su tribu lo encuentran, pero cuando quieren levantar su cuerpo, notan que tiene una oreja. unida a la tierra donde ha echado. raíces. Para arrancar el cuerpo deben cercenar la oreja; pero ésta ha echado raíces y da origen a una nueva planta que crecey se levanta majestuosa en la selva, y todas  las primaveras brinda unas bayas negras en forma de oreja humana, recordando las orejas de indio. Es el timbó (cambá nambí) que simboliza el amor paternal.







jueves, 17 de septiembre de 2015

La tortuga y el águila

La tortuga y el águila



Una tortuga que se recreaba al sol, se quejaba a las aves marinas de su triste destino, y de que nadie le había querido enseñar a volar. 
Un águila que paseaba a la deriva por ahí, oyó su lamento y le preguntó con qué le pagaba si ella la alzaba y la llevaba por los aires. 
- Te daré – dijo – todas las riquezas del Mar Rojo.
- Entonces te enseñaré al volar – replicó el águila. 
Y tomándola por los pies la llevó casi hasta las nubes, y soltándola de pronto, la dejó ir, cayendo la pobre tortuga en una soberbia montaña, haciéndose añicos su coraza. Al verse moribunda, la tortuga exclamó:
- Renegué de mi suerte natural. ¿Qué tengo yo que ver con vientos y nubes, cuando con dificultad apenas me muevo sobre la tierra?

Si fácilmente adquiriéramos todo lo que deseamos, fácilmente llegaríamos a la desgracia.