La Masita de Pan Fea
Hubo una vez una abuelita llamada Julieta, a la cual le encantaba hornear pastelitos, los hacía de todos los estilos y gustos. Un día le sobró un poco de masa y decidió hacer unos panecitos, la primera y segunda masa eran grandes, y cuando iba a hacer la tercera se dio cuenta que le quedaba muy poca masa, por lo que hizo una masita muy chiquita.
De repente, las masas grandes comenzaron a reírse de la más chica, diciéndole que era la masa más chica que nunca habían visto.
-Jajaja, nunca crecerás masa chiquita" le decían repetidas veces, por lo que la masa pequeña comenzó a llorar
Ella quería llegar a ser un pancito grande y rico y les pidió que dejaran de burlarse de ella.
Un rato después, llegó Julieta la abuelita a poner las masas en el horno, lo puso a calentar y listo. Las masas empezaron a cocinarse, cuando de pronto las masas grandes no crecieron sino que se pusieron quemadas y feas, mientras que la chiquitita comenzó a crecer y crecer ¡cada vez más! se veía hermosa.
Cuando la abuelita sacó los panes del horno vio que dos de ellos estaban feos y quemados, y el más rico y grande de los panecitos era la que había sido la masa chiquita.
Entonces, la masita que ahora era un pan tan grande y rico dijo:
-Soy un panecito feliz ahora que soy grande, y nadie se burla de mí, mientras que las otras masas grandes y feas lloraban.
De repente, las masas grandes comenzaron a reírse de la más chica, diciéndole que era la masa más chica que nunca habían visto.
-Jajaja, nunca crecerás masa chiquita" le decían repetidas veces, por lo que la masa pequeña comenzó a llorar
Ella quería llegar a ser un pancito grande y rico y les pidió que dejaran de burlarse de ella.
Un rato después, llegó Julieta la abuelita a poner las masas en el horno, lo puso a calentar y listo. Las masas empezaron a cocinarse, cuando de pronto las masas grandes no crecieron sino que se pusieron quemadas y feas, mientras que la chiquitita comenzó a crecer y crecer ¡cada vez más! se veía hermosa.
Cuando la abuelita sacó los panes del horno vio que dos de ellos estaban feos y quemados, y el más rico y grande de los panecitos era la que había sido la masa chiquita.
Entonces, la masita que ahora era un pan tan grande y rico dijo:
-Soy un panecito feliz ahora que soy grande, y nadie se burla de mí, mientras que las otras masas grandes y feas lloraban.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
Gracias
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