La rama de avellana
Una tarde el niño Jesús se había acostado en su cuna y se había dormido.
Entonces su madre llegó, lo miró llena de alegría, y dijo,
-"¿Tú mismo te viniste a dormir, mi niño? Duerme dulcemente, y
mientras tanto iré al bosque, y te traeré un puñado de fresas, pues ya sé que
estarás contento con ellas cuando despiertes."-
Ya afuera en el bosque, ella encontró un lugar con las fresas más
hermosas; pero cuando se inclinaba para juntarlas, una víbora apareció entre la
hierba.
Ella se alarmó y dejó las fresas donde estaban, y se alejó del lugar. La
víbora la persiguió; pero Nuestra Señora, como usted puede entender fácilmente,
sabía lo que era lo mejor por hacer. Ella se escondió detrás de un arbusto de
avellana, y estuvo de pie allí hasta que la víbora se alejó. Entonces juntó las
fresas, y cuando salió a su camino a casa dijo,
-"Como el arbusto de avellana ha sido mi protección esta vez, en el
futuro va a proteger a otros también."-
De aquí que, a partir de los tiempos más remotos, una rama verde de
avellana ha sido la protección más segura contra víboras, serpientes, y todo lo
demás que se arrastra en la tierra.
Enseñanza:
Cuando se conoce o aprende algo útil es lo mejor darlo a conocer a los
demás.
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