miércoles, 23 de septiembre de 2015

DEL ZORRO Y LA CHUÑA

DEL ZORRO Y LA CHUÑA




Para el aborigen el zorro es un animal astuto y por ello temido debido a que nunca sabe si su astucia será para bien o para mal, por eso cada vez que se le dice a una persona ¡Sos un zorro! hace referencia a esta característica.
Esta historia comenzó cuando en el Chaco hubo un largo período de sequía y grandes calores, por lo tanto el agua escaseaba debido a esto en los lugares que había un charco su dueño lo protegía y en este caso era una chuña la dueña absoluta de la aguada.
Un sediento zorro observaba el charco pero conociendo el carácter de la chuña dudaba de acercarse; pero la sed era más grande y venciendo su temor se acercó lo más simpático que pudo y le rogó que le dejara beber. La chuña recordando muchas picardías que el zorro le hizo a ella y sus parientes, le dijo que no y lo desafió a una carrera, el primero en llegar se adueñaría del charco. Como el zorro no vio dificultad en ganarle aceptó.
Cuando estaban en posición, el zorro sabiendo lo cansado que se sentía saltó antes que la chuña impartiera su voz de largada, pero la chuña con grandes zancadas llegó antes, esto no le gustó al zorro, e igual quiso beber, empujó a la chuña, y se produjo así un enfrentamiento entre ellos; en un momento de la pelea la chuña le dio una patada que lo hizo dar una vuelta por el aire cayendo sentado arriba de un tronco de un árbol quedando aprisionado por su parte trasera, los gritos de dolor y de angustia no mortificaron a la chuña ni a otros animales del bosque debido a que conocían las mañas del zorro, pensaron que seguramente era otra de sus zorrerías.
Ya habían pasado cuatro o mas días cuando el zorro vio acercarse un remolino y con lo que le quedaba de voz le pidió ayuda (el remolino es un duende que viene dando vueltas y vueltas) el duende se acercó al zorro y recordando, aunque parezca extraño, que en el pasado este le prestó ayuda; lo liberó.
Lo primero que hizo el zorro fue comer todo lo que encontraba en su camino; chañar, mistol que abundaban en esta temporada, pero muy afligido veía que todo lo que comía no era retenido, se le caía por atrás. De nuevo angustiado pidió a gritos que alguien lo ayudara. Todos oyeron su lamento, pero nadie se atrevía a acercarse a él, solamente lo hicieron las "rubiecitas" -avispitas doradas- (descendientes del pueblo que no conoció el mal) le taparon su parte trasera con cera fabricada por ellas, el zorro probo de nuevo alimentarse y al ver que retenía las frutas agradeció a las rubiecitas pero cuando quiso hacer sus necesidades hizo un pequeño esfuerzo y cayó toda la cera, encontrándose en la misma situación.
Volvió a pedir ayuda y esta vez fue a la "boquilla de barro" -avispas negras del árbol- (descendientes del pueblo que no conoció el mal) que lo ayudaron, taparon con barro la parte afectada; el zorro probó algunas frutas y haciendo un esfuerzo vio que su parte trasera resistía, esto lo llenó de confianza y comenzó a comer abundantemente hasta quedar satisfecho, pero cuando quiso hacer su necesidad no pudo debido a que la boquilla de barro se olvidó de hacer un agujerito.
Los días pasaban y la panza del zorro estaba a punto de explotar, este se revolcaba de dolor, en esta ocasión todos los animales y pájaros querían ayudar pero no sabían como, fue entonces que se presentó el pájaro carpintero con su poderoso pico ofreció darle la solución al zorro, haciéndole una abertura para aliviarlo de su dolor.
Al saberse esto todos los pájaros acudieron al lugar (en esa época todos los pájaros eran grises, ninguno tenía color).
El carpintero presto a iniciar su tarea miró a su alrededor y vio a pájaros de todas las especies que comenzaron a rodearlo y preocupado por lo que pudiera pasar pidió que se alejaran, pero ellos curiosos no le prestaron atención.
Entonces comenzó con su tarea, cuando estaba a punto de terminar volvió a insistir que se alejaran pero nadie le hizo caso, de pronto se oyó una gran explosión y el producto del zorro manchó a todos, el primer pintado fue el propio carpintero, la sangre manchó su cabeza de allí su copete rojo, todos, por igual fueron salpicados, las más tímidas, las palomitas, que estaban un poco mas alejadas del lugar; solo sus patitas fueron salpicadas por un poco de sangre, por eso siguen siendo grises como su antiguo color.
Debido a este hecho los pájaros obtuvieron sus colores.

Hasta el día de hoy en nuestra comunidad cuando se acerca un pajarito por sus colores sabemos si es curioso o no.






martes, 22 de septiembre de 2015

LOS TESOROS DEL INCA


LOS TESOROS DEL INCA



Fue en el tiempo en que el Imperio. del Sol agonizaba bajo el imprevisto eclipsamiento de su astro.
Los Conquistadores habían.. invadido la Ciudad Sagrada, y tras simuladas muestras de amistad, se lanzaron sobre las huestes desprevenidas del Inca, derrotándolas y tomando prisionero al Hijo del Sol...
Los días de angustia y dolor que siguieron después para los súbditos delInca, no encuentran expresión en las palabras. ,Era.demasiado dolor y demasiado drama. Caer asi sin luchar. Oscurecerse el Sol  tan de pronto. Lo cierto es que los fieles' del Inca cautivo pensaron en el rescate. .Y losconquistadores, sedientos de oro,. no' vacilaron  entrar en tratativas.
-Aceptamos, pero queremos oro... mucho oro.....
-Os llenar~ de oro esta habitación que me sirve de celda.. .
-Es poco...
Entonces el Inca estiró los brazos hacia arriba; se puso en punta de pies y haciendo una señal en la pared exclamó:
-Hasta aquí...
. Los extranjeros aceptaron. Cabían allí millares de lingotes de oro. j MILLARES!. . . Portento que jamás habían soñado y que deslumbraba sus ojos y nublaba sus corazones. . .
Puesta la noticia en conocimiento de los tributarios del Reino por varios chasquis que llevaron la noticia a todas las provincias con pasmosa celeridad, comenzaron a desfilar por todas las sendas guanacos cargados'con talegas de oro que pendían a ambos lados de la cabalgadura, rumbo al Cuzco...
Pero he aquí que llega nuevamente un chasqui con la triste noticia que el Inca había muerto en la hoguera. El rescate, pues, era imposible. Atahualpa, el Hijo del Sol, , había sido sacrificado.
Desorientados en un principio, los portadores de la preciosa carga resolvieron reunirse en un cruce central de los caminos, al pie del Cerro Pachamama. Y ahí la resolución fue unánime: ocultar el tesoro del :rescate.
La caravana desfiló días y noches por senderos abruptos y desconocidos, donde jamás el hombre había puesto sus plantas. El amanecer, el crepúsculo y la noche, vieron desfilar sin descanso a esa caravana doliente rumbo a lo desconocido, como empujadas por las alas del viento a cumplirsu designio...
y por fin -en un sitio que jamás nadie podría revelar-, ocultaron el tesoro cuiadosamente y rogaron fervorosamente a Paehamama que lo guardara por siempre en - seno, y que jamás permitiera cayera en manos de los invasores que habían ultimado al Inca, ni a sus hermanos de raza. Pachamama recogió el ruego y absorbió en sus entrañas la áurea carga....
Luego los fieles servidores del Inca emprendieron el regreso, guiados por Huiracacha, por. sendas que nadie conocía, y nuevamente el Sol y la Luna vieron desfilar por todos los senderos de la montaña aquel ejército derrotado y triste, para el cual ya no existía Dios ni Rey. Pero a sus espaldas quedaba sepultado para siempre el tesoro que no alcanzó a rescatar la vida del Inca, que era la vida de la raza, pero que jamás encontrarían los blancos, porque era la única venganza de un pueblo que vio oscurecer el Sol en la plenitud de su apogeo.. .



El caballo viejo

El caballo viejo




Un caballo viejo fue vendido para darle vueltas a la piedra de un molino. Al verse atado a la piedra, exclamó sollozando:

-- ¡ Después de las vueltas de las carreras, he aquí a que vueltas me he reducido !

No presumáis de la fortaleza de la juventud. Para muchos, la vejez es un trabajo muy penoso.

LA GOTA DE AGUA

LA GOTA DE AGUA




Había una vez una minúscula gota de agua que mantenida en el aire en una hermosa nube blanca observaba a lo lejos el azul del oceano.

Solía soñar con estar ahí abajo, se imaginaba lo que sería formar parte de aquello tan hermoso y azul.

De repente, siendo entrada la tarde de un día de otoño, la bonita nube blanca empezó a tornarse de color gris, cuando una corriente de aire frio hizo crecer a la minúscula gotita, convirtiéndola en una brillante y cristalina gota de agua.

La gota de agua miraba desde el cielo hacia el inmenso mar que se extendía al final del rio y la nube era cada vez más oscura y tenebrosa, cuando de repente todo tembló y el cielo se iluminó. El sonido atronador que inundó el cielo y la intensa luz azulada sobresaltaron a la gota de agua.

- ¿ Que sucede ? - se preguntó asustada.

De repente sintió que se movía, ¡ estaba cayendo !. Sintió una velocidad vertiginosa invadiéndola y a medida que caía se estremecía. No sabía que iba a ser de ella y estaba muy temerosa. De repente sintió en contacto con algo suave y la caída cesó. Sintió como se mecía arriba y abajo mientras se recomponía algo aturdida. La gota de agua estaba sobre la verde hoja de una caña, había ido a parar al verde cañaveral en la ribera del rio. 

La gota miró a su alrededor y vio un pequeño gusanito refugiado debajo de una de las hojas de la caña.

- Hola - saludo la gota de agua al gusanito - ¿ como estas ?

El gusanito estaba distraído intentando acomodarse a lo largo del corazón de la hoja. Cuando ya encontró un buen lugar para acomodarse giró la cabeza de un lado a otro y en un momento dado clavo su mirada en la pequeña gota de agua que parecía un diamante sobre la hoja vecina; no dijo nada, solo la miraba. Claro, el gusano no pudo escuchar a la gota con tanto ruido que estaba causando la tormenta. El gusanito se enroscó tranquilamente y cerró los ojos decidido a echarse una siesta mientras la lluvia caía y el estaba seco y protegido por la hermosa y larga hoja.

La gota de agua miraba al gusano ensimismada, tenía un color verde esmeralda precioso, con unos anillos negros a lo largo de su cuerpo que le daban un aire de aristocracia. La gota sonreía viendo como el gusanito se quedaba dormidito cuando comenzó a sentir que resbalaba por la hoja. - oh oh - pensó - me caigo.... ¡ a ver donde iré a parar ahora !.

- ¡¡ Yupiiiii !! gritó la gota de agua mientras caía de la hoja - ¡¡ Que emocionante !!

" cuac cuac cuac ! " Un pato silvestre nadaba por el rio buscando refugio e intentaba meterse en el cañizal. No podía conseguirlo, ya que las cañas estaban tan juntas que su rechoncho cuerpecito no cabía entre ellas, así que pensó que seguiría nadando rio abajo, no le importaba mojarse un poco, pues sus plumas le protegían del agua.

¿ Donde está nuestra amiga la gota de agua ? te preguntarás. La pequeña gota de agua ¡ estaba navegando rio abajo a lomos del hermoso pato !. Se encontraba en la punta de una de las plumas de sus alas a la cual había caído tras resbalar de la hoja.

- Yehaaaa!- exclamó la gota feliz y contenta - ¡ que divertido ! parezco un cowboy !

El pato siguió nadando y nadando por el rio mientras la gota de agua estaba extasiada viendo todo a su paso - Cuac cuac ! - graznaba el pato pasando cerca de un grupo de plantas de rivera donde sobre unas pequeñas rocas había unas ranas disfrutando de una refrescante ducha.

- Heyyyy ¡ hola amigas ! - les grito la gota de agua entusiasmada con tantas emociones, mientras su imponente barca de plumas de colores continuaba rio abajo.

De repente la lluvia cesó y al cabo de unos instantes un pequeño rayo de sol se escapó de entre las nubes. El rayo de sol acarició la pequeña gota de agua. Parecía un diamante, brillante, preciosa, con ligeros destellos de colores. Era algo digno de ver, una esfera realmente hermosa, que junto a otras gotas de agua iguales que ella llenaban el plumaje del pato tal cual piedras preciosas. El lindo pato parecía recién salido de un cuento de hadas.

La gota de agua se maravilló del espectáculo, viendo a sus compañeras brillar a su lado, cuando levantando la vista se estremeció - ohhhhhh- exclamó - ¿ qué es eso tan increíblemente bello ?. Un camino de colores surcaba el cielo de un lado a otro del rio ¡ era el arcoíris !. La gota se quedó extasiada mirando el precioso arcoíris sin darse cuenta que el pato se había detenido. El patito estiró su cuello y sin previo aviso comenzó a alborotar sus plumas girando su cuerpo como un molinete. ¡ La gota de agua salió disparada ! - Ualaaaaaaa- grito la gota al verse sobresaltada de repente por este inesperado viaje por el aire.

" cloc " , con este sonido aterrizó la gotita sobre un viejo tronco de madera que flotaba en el agua , - estaba más cómoda en la pluma - pensó.

El tronco era de la rama caída de un inmenso chopo que crecía en la ribera del rio y parecía un submarino -soy el capitán - dijo la gota - ¡ todo a babor ! - grito divertida.

El tronco siguió su camino rio abajo mientras la gota de agua disfrutaba del paisaje y el sol asomaba cada vez más. La gota descubría a un grupo de majestuosos cisnes, vio divertida un grupo de ranas saltando al agua como si fueran saltadores de trampolín, sonrió viendo a una fila de pequeños patitos siguiendo a su mama, se preguntó que era aquella cosa redonda de madera que giraba junto al rio empujado por la corriente de agua y se sorprendió viendo a dos niños con chubasquero jugando en la orilla del rio, nunca había visto a un humano.

La pequeña gota de agua comenzó a sentirse extraña, se notaba caliente, no sabía que le pasaba, el sol estaba calentándola cada vez más y si seguía así mucho por tiempo terminaría ascendiendo de nuevo al cielo convertida en vapor.

La gota de agua se estaba preguntando por su destino cuando de repente el tronco comenzó a ir un poco más deprisa, caía por un pequeño desnivel donde la corriente lo arrastraba a mayor velocidad y después de un pequeño y divertido rafting, volvió la calma y el tronco flotó tranquilo y sereno. 

Tras unos momentos la gota de agua se dio cuenta de donde se encontraba ¡ el mar ! , ¡ aquello era el mar !. Ante ella se extendía aquella vasta extensión de agua, interminable, azul, brillante bajo los rayos del sol, impresionante - Guauuuu - exclamó -¡ qué maravilla ! - la gotita de agua estaba impresionada. Pensó que debía hacer algo para caer al mar, debía hacerlo, debía conseguirlo.

Una gaviota volaba sobre el tronco y agachando su cabeza, apunto el pico justo hacia el tronco. De repente la gota de agua vio como la gaviota descendía directa hacia ella y antes de que pudiera reaccionar, la gaviota se posó en el tronco. 

La gota de agua no sabía que estaba sucediendo, en ese momento se sintió inmensamente grande, poderosa, una sensación casi indescriptible...cuando la gaviota posó su cuerpo en el tronco, éste se había hundido levemente en el agua , haciendo que la pequeña gota se fundiera con la inmensidad del agua del mar.

Aquello que había anhelado un día se había hecho realidad, ahora la pequeña gota de agua formaba parte de la inmensidad del mar azul.





sábado, 19 de septiembre de 2015

EL MAL DEL SIRKI

EL MAL DEL SIRKI


LEYENDA INCA

Quienes pernoctan en el valle de Coaque, también llamado Valle de la Muerte, adquieren una extraña enfermedad conocida con el nombre de"mal de la verruga" o "fiebre de Carrión". La ciencia no ha podido establecer bien su origen, pero al parecer se debe a la picadura de un insecto (flebotumus) que solo actúa de noche. Los indios, familiarizadoscon el lugar, rara vez sufren el efecto mortal del nombrado verrucógeno.Esto sin duda, ha dado lugar a esta leyenda.
Cuando los Conquistadores entraron al Reino del Sol y lo sometieron a su arbitrio, se encontraron dueños de riquezas fabulosas, tierras fertilísimas, almacenes atestados de telas y alimentos, templos suntuosos y paisajes deslumbrantes.
Ansiosos por llegar hasta los últimos reductos, quisieron explorar las sierras de Coaque, que parecían inaccesibles. Y así lo hicieron. Cuando llegaron a ella, el silencio era absoluto. Nada, absolutamente nada, turbaba aquel mutismo impresionante, que parecía ocultar algo trágico. La expedición, alarmada sin causa aparente, y sobrecogida por un temor inexplicable, decidió pasar la noche en un valle casi desolado, donde ningún animal salvaje daba señales de vida.
A pesar de los presentimientos fatídicos, la noche transcurrió tranquila. Ni un rumor, ni un rugido, ni un aleteo blandió el aire y ni siquiera se escuchó el lamento a la distancia, del pueblo que había sido despojado de su cetro.
La expedición vio salir el sol -rojizo como nunca- y con la convicción de haber llegado a un lugar sagrado, emprendió el regreso sin lamentar un accidente.
Pero el maleficio presentido había entrado en la gente. Al día siguiente, todos sin excepción, se vieron atacados por unas verrugas en el rostro y el cuerpo. Una anemia progresiva los fue disecando uno a uno, y presas de una fiebre implacable, murieron después de tres lunas exactas.
Muchos días después, los conquistadores, no satisfechos de aquel extraño hecho, resolvieron enviar otro destacamento al mismo lugar, para investigar la posible causa del mal. Demás está decir que, a pesar de las precauciones tomadas, corrió la misma suerte.
Nadie les atacaba. La vida en esa región estaba proscripta. Al menos no había vida visible. Pero, fatalmente, quien llegaba a ella era atacado por los" sirkis" (verrugas) y moría inevitablemente. Todos los que desafiaron el misterio, cayeron bajo el hado inexorable de la Muerte.
Un día, un grupo de valientes fue y regresó en el día. Nada ocurrió. no fueron atacados por el Mal. Se creyó, pues, que eran supersticiones, y repitieron la hazaña a la semana siguiente, pasando la noche en el valle. A las tres lunas siguieron el camino de sus antecesores, con la cara y el cuerpo, llenos de "sirkis"...
Los indios de los valles bajos explicaron el misterio.
Coaque era la morada sagrada de los Dioses tutelares de la raza. Estos se habían refugiado allí para proteger a sus desgraciados súbditos, y todo extranjero que se atrevía a hollar ese sagrario moría indefectiblemente a las tres lunas, que era aproximadamente el tiempo que tardaron los intrusos para sojuzgar el Imperio del Sol..
Por eso Coaque castigará con la muerte, por los siglos de los siglos, a todos los extranjeros que pongan sus plantas en el Sagrario de los dioses tutelares de los Incas...

Los 4 duendes que pescaban juntos

Los 4 duendes que pescaban juntos


Había una vez 4 duendes que pescaban, y lo hacían siempre a la mañana temprano. Cada madrugada se levantaban e iban a pescar a su muelle preferido.

Una mañana uno de los duendes, el duende azul, se encontró con un par de pájaros y les construyó un nido, y los comenzó a cuidar desde ese día, dándoles de comer y acompañándolos a todos lados. Se querían mucho y se hicieron grandes amigos.

Cuentos infantiles, los 4 duendes pescadores

El duende más pequeño encontró una cuchara, y desde ese momento la utilizaba para cocinar y cada comida que hacía le salía más y más rica, y nunca necesitaron comida. Cuidaba mucho su cuchara y nunca la perdía.

Antenitas, la duende mujer, se encontró una vez un zapato que se le había perdido hace mucho tiempo en el mar y ahora, con sus dos botas, prometió no perderla jamás por lo que la llevaba consigo a donde fuera.

El duende restante, el más gordito, nunca paraba de comer, y comía lo que le cocinaba el más chico. Una vez, se encontró un bichito de luz y le armó una jaula para que se iluminara de noche. Durante el día, salía a pasear y jugar. 

Los duendes pescadores, cuentos para niños

Con todas las cosas que se encontraron los duendes que pescaban, vivieron felices, y por eso las cuidaban con mucho esmero y cariño.

GRACIAS   

viernes, 18 de septiembre de 2015

El asno y la perrita faldera

El asno y la perrita faldera




Un granjero fue un día a sus establos a revisar sus bestias de carga: entre ellas se encontraba su asno favorito, el cual siempre estaba bien alimentado y era quien cargaba a su amo. Junto con el granjero venía tambien su perrita faldera, la cual bailaba a su alrededor, lamía su mano y saltaba alegremente lo mejor que podía. El granjero reviso su bolso y dio a su perrita un delicioso bocado, y se sento a dar ordenes a sus empleados. La perrita entonces saltó al regazo de su amo y se quedó ahí, parpadeando sus ojos mientras el amo le acariciaba sus orejas.
El asno celoso de ver aquello, se solto de su jáquima y comenzó a pararse en dos patas tratando de imitar el baile de la perrita. El amo no podía aguantar la risa, y el asno arrimándose a él, puso sus patas sobre los hombros del granjero intentanto subirse a su regazo. Los empleados del granjero corrieron inmediatamente con palos y horcas, enseñándole al asno que las toscas actuaciones no son cosa de broma..
  
No nos dejemos llevar del mal consejo que siempre dan los injustificados celos.
Sepamos apreciar los valores de los demás.