martes, 31 de marzo de 2015

LA ASTUCIA DEL PUMA


LA ASTUCIA DEL PUMA  

 

Era de noche... el arreo avanzaba, ya llevaban cuatro meses de viaje. 
En el lugar había unos elevados cerros y fue allí donde acamparon esa noche. 
Por los alrededores habían notado rastros de puma y fue por eso que decidieron reforzar la vigilancia. 
Además, la nerviosidad demostrada por los perros y caballos más la presencia de alguna osamenta de guanaco descogotado; indicaban la firme presencia del salvaje animal... 
Por algo el lugar se llamaba "Cañadón León".
El fogón se mantuvo prendido toda la noche y en un momento se oyó un movimiento en la hacienda que quebró la tranquilidad. 
Los reseros (quienes guían los arreos) saltaron de sus pilchas y con los winchester en la mano corrieron hacia el rodeo... una voz a lo lejos dijo ¡El león en el rodeo!
Se oyeron silbidos que llamaban a los perros. 
Al mismo tiempo, los hombres corrieron y los que alcanzaron a montan a caballo salieron en busca del puma. 
El ganado se encontraba enloquecido. 
Mientras los reseros los intentaban juntar, encontraron al borde del rodeo dos ovejas agonizando las cuales se estaban desangrando por la vena yugular. 
Tuvieron que separarlas del ganado, mientras intentaban seguir los rastros de la fiera... 
Pero ni noticias del animal.
Luego se dirigieron a tomar mate y uno de los hombres contó que había poblado con ovejas la región del Río Chico, pero en menos de un año unos leones cebados le destruyeron más de la mitad de la majada... y todos los potrillos y terneros. 
Él había fracasado en el intento de envenenar "al león" con las reses muertas, ya que éste nunca vuelve a comer un bocado de animales muertos por él después de haber sido enterrados. También dijo que las trampas no sirven para matar al león porque nota en ellas la mano del hombre y las rehuye. 
Por este motivo decidió vender todo e incorporarse al grupo de reseros.
De pronto un ruido cortó la conversación. 
El rodeo se volvió a espantar y el saldo fue otra oveja muerta. Los hombres sin encontrar huellas del león volvieron al campamento y esperaron despiertos hasta la llegada del día. 
Mas tarde dos ovejas más fueron halladas desangradas y el sospechoso animal no dejaba ni el más mínimo rastro. 
Ya mas que un puma parecía un fantasma... se les escurría del rebaño sin dejar huellas que los perros pudieran seguir. 
Tres ataques en un corto plazo y sin huellas de huída... ¿dónde podría estar semejante animal? 
Nada podían hacer en la oscuridad de la noche.
Al día siguiente y ya con luz natural se pudieron dar cuenta que el hábil león atropellaba y cuando veía que los reseros se aproximaban... ¡se ocultaba entre las mismas ovejas y éstas hacían que el animal no fuera visto! 
Uno de los reseros que algo vió a lo lejos, gritó 
¡Guarda ahí está el león! 
Con este aviso las ovejas se abrieron y permitieron que este fuera visto. 
El animal trató de escapar pero los perros lo rodearon e hicieron que este quedara contra la pared de un peñasco. 
A partir de ese momento comenzó la lucha entre el león y los perros, mientras los reseros tenían las armas listas para intervenir. 
En un descuido uno de los perros fue atrapado por el puma, este lo tomó y lo tenía bajo sus verijas y patas traseras. 
Despacio se empezó a correr hacia un costado, siempre con el perro. Mientras tanto uno de los hombres avanzaba lentamente con unas boleadoras avestruceras. 
En un descuido del feroz animal, el hombre le largó las boleadoras y le pegó en la nariz, la parte más vulnerable del puma/"león". 
Este cayó al suelo y allí fue atacado y muerto por los perros, entre los que estaba feliz y sano el perro que había estado al filo de la muerte.
El puma muerto era de tamaño poco común, medía un metro cincuenta desde el hocico al nacimiento de la cola. 
Estos animales son de esos que cuando matan ovejas solo les sorben la sangre y comen la parte delantera y grasosa del pecho. Estos gatos gigantes son típicos del Río Chico debido al desierto y a las serranías de piedras e innumerables cuevas. 
El puma o león como se le sigue diciendo... un animal que raramente atacó al hombre a pesar de la temible fama que pueda tener... 
Un animal que sigue merodeando y habitando su Patagonia Austral. 


El cuadro del puma es de Gabriel Hermida

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